viernes, 22 de noviembre de 2019

Carta-María Valeria Avanzato.-

Querido









            Te escribo simplemente porque me encuentro sola y pensé en ti como forma de aniquilar el tiempo.











         Hoy estuve en tu casa, y puedo jurar que fue al especial estar allí, a pesar de encontrarse vacía. Había una presencia que me impulsaba a permanecer dentro, existía aún ese aroma habitual, aquél que hacía que cada rincón fuese distinto.













      Cada pequeño lugar guarda, en su interior, pensamientos, momentos y remembranzas antiguas, aquéllas que se escurren en nuestro ser, borrándonos la sonrisa y quitándonos la posibilidad de mirar hacia atrás, sosteniendo el deseo de volver a empezar.













     Y mi alma y yo sabemos que no mentimos, padecimos esas noches oscuras en dónde la luz no existe, esas noches crueles, en dónde uno mismo decide si seguirá adelante, o simplemente se dejará abatir por sus propios y tortuosos recuerdos, esas noches impasibles, en dónde la vida se convierte en sueño y uno, marioneta de aquéllos...esas noches blancas en dónde la vida se apuesta, evitando caer en infinitos abismos, d elos que quizá sea duro y difícil  escapar, esas noches eternas cargadas de hastío y dolor, las que sutilmente oprimen el alma, dejando correr por las venas oscuros anhelos de un amor que no puede ser.













     Y aún sabemos que no mentimos, sabemos que a la hora de dar todo lo dimos, y he aquí, sentados frente a nosotros mismos, frente a una realidad que nos duele creer. una realidad que nos perturba y nos quita la vida de a poco, una realidad que usurpó, tal vez para siempre, el deseo de volver a amar.













   Nadie puede ni debe siquiera comprender lo que nos ocurre, ya todo fue entregado. Luchamos por la manera más valerosa, arriesgándonos hasta el último momento en aquello por lo que peleamos...no necesitamos compasión, ni llantos que enturbien nuestro andar, lo suficiente nos han derrotado, como para compadecernos de aquellos que no se molestaron siquiera en luchar por ,os amores de su vida....no más por favor. Duro ha sido ya cargar con nuestras penas y desprecios, sometiéndonos a infiernos lúgubres que rodaron de nuestros corazones el simple derecho de latir.














   Y aquí estamos otra vez, defendiendo lo que muchos creen absurdo, aquello que nos devuelve el alma y en un instante nos la quita...no te des vuelta, amor es a ti a quien hablo...no podrás desmentir el mal que alguna vez causaste, la angustia que debí sufrir, pero juro que mi alma y yo no mentimos, esta no será nuestra última batalla.














   Ahora alguien toca a mi puerta, debo partir, pero sabrás que tu conciencia jamás volverá a ser la misma, un alma que agoniza y sufre, simplemente muere, sublime y frágil muere.









                                                                                                    Valy

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