sábado, 9 de noviembre de 2019

Al hijo distante.- Juan Alberto Sousa Vargués.-

AL HIJO DISTANTE



                                 Hijo mío, en ésta soledad que hoy me toca vivir, se agigantan los recuerdos, balbuceos de tus primeros años. Aquéllos tiempos felices de tu niñez y mi juventud.






                                Aún están grabadas cómo vivíamos, aquéllas noches estrelladas, en la isla. Los dos en el muelle, cara al cielo. Conversando y tratando de responder los interrogantes propios de tu edad. ¿Cómo ? ¿Por qué ? Tu asombro y atención , cuándo te marcaba la diferencia entre un satélite y un meteorito. ¡Cuántas fantasías creábamos en nuestra imaginación con todo ese mundo de estrellas!








                            Cómo olvidar ya en tu adolescencia, tu indisimulada admiración y orgullo ante tus compañeros, cuándo les explicaba algo,








                            Trataba de disimular mi halago, cuándo encontraba en tus ojos el brillo de la admiración por tu padre. Los años pasaron, tus conocimientos crecieron y superaron a los míos. Los roles se cambiaron, y mi admiración y orgullo fue para ti.







                            Aún recuerdo que cuándo te fuiste haciendo hombre, fui tu confidente, cuándo viviste tu primer amor. Ese amor que todos sentimos alguna vez. Ese que nos parece en su momento . el mejor, el definitivo. También me buscaste para desahogarte, cuándo sobrevino tu dolor al perderlo. Te acompañé en tu sentir y en tu sufrir del primer amor.






                          Nadie puede saber todo lo que se necesita para ser un buen padre. Siempre me preguntaste ¿Cómo podría haberme comportado mejor? Tal vez nunca sabré todo lo que esperabas de mí, Me es difícil discernir o encontrar cómo empezó todo o quién falló.








                         Te has alejado de mí. He escuchado de tus labios palabras muy duras. Hijo mío, aunque quieras distanciarte, seguirás a mi lado.






                           A cada gesto tuyo, te responderé con una sonrisa. Siempre encontrarás mi mano extendida hacia ti.







                          Te infundí vida y también quiero darte todo mi tiempo.Ten la seguridad que me hallarás, cuándo me busques.









                          Y si no llegara a estar a tu lado, sólo será porque la muerte me lo ha impedido.






                                                                                           Juan Alberto.









                             













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