Cabe preguntarnos en ésa época quiénes eran los verdaderos dueños de las tierras...
Sin temor a equivocarnos, podemos sostener que la población indígena de toda América española a principios del S XIX puede estimarse en once millones de personas, de los cuáles cerca de un millón y medio vivían en lo que después se llamó el Virreinato del Río de la Plata.
Pero como las regiones más pobladas de éste eran el Alto Perú y el Paraguay, puede calcularse en un quinto de ésta cifra la población autóctona del actual territorio argentino.
El Paraguay configuró una unidad política administrativa con el Rio de la Plata y aquí también tendremos en cuenta su población indígena.
Había cerca de una veintena de grupos étnicos, con características físicas uy culturales distintas.
Podemos nombrar dos grupos básicos, los pueblos cazadores y los pueblos agricultores, diferenciando a los pescadores.
Otro grupo para destacar lo constituían los pueblos que habitaron las costa e islas del Paraná, tribus diversas que participaban en la técnica de los pescadores y de los cazadores.
Hubieron grupos que se caracterizaron por el dominio del arte de manejar las canoas.
Vale decir que los pueblos cazadores habitaron con preferencia las zonas llanas(se extendieron desde Tierra del Fuego hasta el Chaco y la Banda Oriental).
Los pobladores de la Patagonia y la pampa eran básicamente monoteístas....Creían en un ser supremo que vivía en el Cielo y daba a los hombres la vida y la muerte, el bien y el mal, y una multitud de espíritus menores-generalmente malignos-que regían los fenómenos naturales.
Creían en otra vida y en la supervivencia del alma.
Su religión no incidía en su organización social, limitada a las formas familiares.
Los cazadores de la zona tropical tenían una religión con vestigios de tipo mitológico.
Entre los pueblos agricultores podemos distinguir entre el serrano y el mesopotámico-paraguayo.
Ellos poseían una técnica agrícola primitiva, centrada en el cultivo del maíz.
Pero el descubrimiento de Colón modificó la situación radicalmente al revelar la existencia de numerosas islas situadas al sur del paralelo de las Canarias.
Es ahí cuándo los Reyes Católicos se aprestaron a asegurar su propiedad, que podía ser disputada por Portugal y es el mismo Papa quién dona a Castilla todas las tierras no poseídas por otro Príncipe cristiano que se encontraba al oeste de una línea o meridiano situado a cien leguas de las Islas Azores y de Cabo Verde.
Importaba una reserva para Portugal de las tierras situadas al este de dicha línea.
Pero sucede que Portugal comienza a ocupar Brasil.
Para finalizar, es necesario aclarar que la invasión portuguesa de la Banda Oriental de 1816, la guerra argentino-brasileña y la guerra de la Triple Alianza, no son sino las expresiones tardías del conflicto colonial, cuyo acto final fue el arbitraje internacional que en 1898 estableció definitivamente los límites argentino-brasileños.
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