domingo, 20 de septiembre de 2020

Carta Mi dulce príncipe- Norma Elizabeth Benitez.-

Cómo traducir lo que quiere mi alma decirte. Tomar tus manos entre las mías, detenerme en la transparencia de tu mirar y así sentir todo el inmenso amor que nos ha unido para siempre.





Parece irreal que hayan pasado más de cincuenta años desde que nos encontramos para caminar juntos. Eramos dos chiquilines jugando a Romeo y Julieta. Perfumado con la ternura y el brote de la juventud. ¿Cuántas cartas de amor entregadas en secreto ? La rosa seca que aún conservo en ese libro de poemas que me regalaste y el papelito de aquél chocolate, El amor platónico, prefacio de nuestra gran antología, nos llevó a volar en la magia de la eternidad.






Te acordarás de aquél tímido primer beso ? El sonrojo en la cara , el corazón corriendo. Construcciones de sueño  Tantos recuerdos...Pintábamos de sol el futuro hoy pintamos canas y colores de experiencia.





Pasamos momentos hermosos e irrepetible, También soportamos muchos aludes en batallas difíciles donde triunfó el sentimiento verdadero como el hipocampo , simbolo perfecto de amor sublime.


Dicen que la obra maestra ya no es más que una variedad del milagro.Vos y yo, sin ser artistas -más que con el arte de amar- creamos la existencia de Chirstian y Noheli, nuestros milagros.Crecieron en un hogar con lo mejor que le pudimos dar, con aciertos y desaciertos, pero con verdad y mucho amor. Y si de algo debemos estar orgullosos es de que en este mundo material pudimos hacer prevalecer los buenos sentimientos. Hoy la vida nos ha rodeado de nietos cuánta felicidad...!Culminación de una dulce responsabilidad. Pero nuestro amor continúa, nunca terminará.





La gente pasa de prisa en este frío pasillo del hospital. Me tiembla el pulso, no puedo evitar que mis ojos humedezcan mis lentes y la hoja. Estás ahí en esa habitación. Tu cuerpo cansado recibiendo líquidos de todos los colores...ojalá pudieran inyectarte tiempo...te pondrás bien lo sé. Tu espíritu radiante, como de costumbre, hará brillar más tu fe y te dará fuerzas. Regresaremos  a nuestra casa Volveremos a sentarnos frente al hogar, oyendo las chispas de los leños al quemarse mezclados con el caer de la lluvia de afuera. Te cebaré esos mates que tanto te gustaban y siempre me alabas. Nuestros corazones unidos sintiendo el amor invisible y poderoso. Este amor que no necesita palabras, solo  de vos y de mí.





Te amo, 

                                                                                 eternamente tuya. Floricel.-

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