domingo, 13 de febrero de 2022

Antologia.

 Fue entonces.-


Cuando escuché la voz de los frutales

doblados por el viento

una extraña ternura nació en mí

salió de mí

y se me enredó en los dedos

Fue entonces que lloré

con tana fuerza

de tal modo lloré

con tanta furia

que los jardines todos comprendimos


y se abrieron sus flores en la lluvia

Los destinos cruzados se descruzan

al escuchar la voz de los que esperan

el viento se calmó Cesó la lluvia

y allí estabas

sobre los viejos puentes de madera

Todo lo que queda tibio

bajo la humana apariencia de mi deshumanizada piel

no es más que el resto

de los restos que fui sumando

todo cuanto espero no val lo suficiente

los recuerdos , las vidas

se agolpan frente a mi puerta

reclamando la perenne deuda que persiguen mis zapatos

nada llega hoy a sorprender mis ojos

no hay caricias en los surcos de mis manos

Otoños, inviernos

y solo una pared como sostén en mis huesos

solo un gran punto de silencio

dividiendo mi palabra

los espacios y las sombras

trascienden de mi mente hasta mi mente 

despierto por las noches languideciendo sueños 

llego aquí

para escuchar el dolor de la nada

sostengo entre las piernas la humedad de unos labios

una plegaria es hoy blasfemia en mi boca

tres lágrimas secas

aún perforan mi costado

y la seca sangre de la vieja herida

de vez en cuando pare un grito en mi garganta

Siento tanto

que todo el tiempo viene a pertenecerme 

ya no quedan ganas solo tierra suma y resto

en las garras que sostienen mi cara.

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